21 de mayo de 2008

CUADERNO BESTIARIO 1: El buitre


Érase un buitre que me picoteaba los pies. Ya había desgarrado los zapatos y las medias y ahora me picoteaba los pies. Siempre tiraba un picotazo, volaba en círculos inquietos alrededor y luego proseguía la obra.
Pasó un señor, nos miró un rato y me preguntó por qué toleraba yo al buitre.
-Estoy indefenso -le dije- vino y empezó a picotearme, yo lo quise espantar y hasta pensé torcerle el pescuezo, pero estos animales son muy fuertes y quería saltarme a la cara. Preferí sacrificar los pies: ahora están casi hechos pedazos.
-No se deje atormentar -dijo el señor-, un tiro y el buitre se acabó.
-¿Le parece? -pregunté- ¿quiere encargarse del asunto?
-Encantado -dijo el señor- ; no tengo más que ir a casa a buscar el fusil, ¿Puede usted esperar media hora más?
- No sé -le respondí, y por un instante me quedé rígido de dolor; después añadí -: por favor, pruebe de todos modos.
-Bueno- dijo el señor- , voy a apurarme.
El buitre había escuchado tranquilamente nuestro diálogo y había dejado errar la mirada entre el señor y yo. Ahora vi que había comprendido todo: voló un poco, retrocedió para lograr el ímpetu necesario y como un atleta que arroja la jabalina encajó el pico en mi boca, profundamente. Al caer de espaldas sentí como una liberación; que en mi sangre, que colmaba todas las profundidades y que inundaba todas las riberas, el buitre irreparablemente se ahogaba.

Franz Kafka. El buitre.

La imagen de hoy: "El beso", de Gericault


CUADERNO INFANCIA 2


Zacarías. un hombre ya grande, ancho, de baja estatura, chueco, que puede caminar con dificultad. Tiene la tez oscura, el pelo totalmente canoso, la ropa sucia y en pésimo estado. Un saco raído gris oscuro, un pantalón del mismo color, demasiado largo, una camisa que alguna vez fue blanca, unos zapatos negros. Zacarías vive en el gallinero y a veces camina por la vereda. Si somos muchos los que nos cruzamos con él entonces empieza la fiesta. Hay que lograr provocarlo para que nos corra. Y no hay nada más excitante que saberse corrido por el pobre viejo. Es una emoción que no implica riesgos: Zacarías viene hacia un chico, el chico se divierte sintiéndose perseguido pero al mismo tiempo tiene la certeza de que nunca lo va a poder alcanzar. “Zacarías la panza fría”. Y a correr. Un día Zacarías desapareció para no volver más. Nunca se pudo comprobar pero lo que se contó fue que lo había matado un colectivo. Siempre creí esta versión porque podía representarme con toda claridad la imagen: el colectivo avanza y Zacarías, con su dificultad para moverse no alcanza a hacerse a un lado.